Nos detendremos en el uso que el autor hace de las diferentes figuras retóricas y con qué intención, relacionándolo en todo momento con el tema del texto.
Anáfora / Aliteración
Pleonasmo / derivación
Polisíndeton
Metáforas / personificaciones
Antítesis
Símil
Hipérbaton
Hipérbole
ELEGÍA
(En Orihuela,
su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien
tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra
que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando
lluvias, caracolas
y órganos mi
dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu
corazón por alimento.
Tanto dolor se
agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un
hachazo invisible y homicida,
un
empujón brutal te ha
derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi
desventura y sus
conjuntos
y
siento más tu muerte que
mi vida.
Ando sobre
rastrojos de difuntos,
y
sin calor de nadie y
sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la
muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando
por el suelo.
No perdono a la muerte
enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la
nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras,
rayos y hachas estridentes
sedienta de
catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas
secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y
besarte la noble calavera
y
desamordazarte y
regresarte.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales
ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los
enamorados labradores.
Alegrarás la
sombra de mis cejas,
y tu sangre se
irán a cada lado
disputando tu
novia y las abejas.
Tu corazón, ya
terciopelo ajado,
llama a un
campo de almendras espumosas
mi avariciosa
voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro
de nata te requiero,
que tenemos
que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
Miguel
Hernández
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